Damián Bayón 1985   [ extracto ]

Es curioso, pero estoy notando en varias pintoras argentinas contemporáneas esta misma actitud : un trabajo basado en la línea, pero no utilizada como límite – ese  » alambre negro  » que encierra las figuras en las academias – sino una línea  » liberada  » que es ella misma cuerpo y color y que por su proliferación orientada va construyendo estas verdaderas visiones a mitad de camino entre la vigilia y la ensoñación.
En otros artistas he encontrado a veces, gratuitos estos juegos de ciencia y amor por el oficio. No por cierto en el caso de Cristina Martínez que llega a imponernos su mundo algodonoso y – valga la paradoja- simultáneamente sólido y perfectamente construido como un nido. Se diría de ella- como de los mejores dibujantes actuales- que están literalmente inventando una técnica para darle al mismo tiempo un nuevo contenido.
Dice Max Bense en su Estética,  » No es lícito pasar por alto el hecho de que el arte moderno, al relegar a segundo plano la corrección de la naturaleza y de la realidad, o bien al eliminarla por completo, se dirige menos a los sentidos que al espíritu « 
No se puede decir mejor : los dibujos de Cristina Martínez son para los ojos – qué duda cabe ! – a los que sus armonías les producen una impresión de calma y de felicidad sensual..Pero son también para el espíritu, el que ciertamente no comparte tanta placidez, sino que se inquieta, se intriga como ante un alfabeto del cual no puede o no quiere acabar de descifrar todos los ocultos enigmas.

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