FRAGMENTOS DE NATURALEZA

Christine Frérot diciembre 2010

Un paisaje interior

¿Se puede hablar de paisaje ante el universo plástico de Cristina Martínez? ¿Cómo pueden describirse los fragmentos fantasmáticos e inmateriales de la naturaleza imaginaria y sensible que propone el artista? Un ” paisaje interior”, abstracto e informal, apenas sugerido y que aflora con delicadeza sobre el papel o la tela, puede sustituirse a cualquier realidad de la naturaleza? La definición de “paisaje” en el diccionario Robert es ” parte de un país que la naturaleza presenta al observador” – corrobora la fragmentación, la parcelación , el estallido que practica C.Martinez a partir de sus impresiones, de sus sensaciones, del goce que le provoca la contemplación de la naturaleza. El paisaje viene después de la naturaleza; es lo infinito dentro de lo concluso. Cristina Martinez nos habla de naturaleza antes de hablarnos de paisage.
Después de largos años , las búsquedas del artiste, efectuadas con una libertad que ella califica de “espontaneidad regulada” , están dominadas por la maestría del trazo. Los entramados de trazos regulares, las tramas fluidas, las ondulaciones vibratorias se suceden en una especie de coreografía musical donde la tierra, el agua y el cielo se confunden a la manera de ciertas pinturas impresionistas y particularmente de Monet cuando decía querer “ahogar” las nubes en los reflejos del Sena. Afirmando ” dejar la imagen venir”, ella dice “buscar un equilibrio y detenerse cuando tiene la impresión que una cierta naturaleza se instala” ; lo que le interesa es ” buscar y encontrar formas “. No es entonces el objeto mismo de la naturaleza que le procura sus formas , sino la memoria sensible que ella puede guardar del agua o de otro elemento. “Soy incapaz de dibujar el mar, lo que provoca en mí el deseo de una imagen , es la idea del agua, la memoria táctil, física, sonora, es la experiencia o la illusión que tengo de la naturaleza.” Que ella utilice el lápiz de color, el pincel o la pluma y la tinta, C. Martinez crea, como dice Charles Juliet a propósito de Fabienne Verdier “un arte que nace del olvido de las reglas, fuera de toda intención, de toda voluntad, un arte que parece nacer de él mismo, sin que tenga que intervenir la persona de donde él nace.” Libre e intemporal, su gesto creador no busca a describir o ilustrar, a pesar de los títulos que da a sus obras ( selva, esferas vegetales, árbol, constelaciones, hierbas, río,), inventa un universo de sensaciones, que el dibujo hace visible.

La experiencia contemplativa

… La exposición, que muestra la evolución de su obra a partir de los años 70 no ha sido organizada para servir una cronología, sino para hacer perceptible un recorrido en el espacio donde la alternancia de luces y sombras subraya el propósito estético y provoca un goce contemplativo. El recorrido crea una atmósfera y también induce a un camino a la vez misterioso y poético. …La artiste explica que es el gran despojamiento arquitectural y la luminosidad de las salas de la Capilla  que le sugirieron, en parte,  una nueva lectura de su trabajo articulada entre una luminosidad levemente  coloreada y la utilización de manera exclusiva del negro, el gris y el blanco.  El trabajo sutil del color está siempre presente en las obras más antiguas que testimonian de la sensibilidad cromática del artista y de su relación perenne con las fortunas de la luz. La belleza del sitio ha estimulado las interrogaciones sobre la desaparición y la aparición, sobre el misterio de la obscuridad y de la luz, sobre la ilusión… … Después de haber trabajado la luz diurna, es la luminosidad de la noche que le interesa.. ¿Cómo representarla? ¿cómo captar, fijar la realidad y la memoria de ese impalpable transitorio? La noche y el día, figuras y símbolos, instantes de misterio, libran la relatividad de una naturaleza reducida a su esencia; atmósferas, evocaciones, pasajes… un infinito perfecto o imperfecto que utiliza la vacuidad. Cristina Martinez explica que es el trabajo a la pluma que le permitió avanzar en la representación de la noche. Con la sucesión de trazos las formas surgen por olas y según ciertos ritmos; la construcción de la imagen, espontnánea y libre, es ascendente.  la noche no va sin el día y la irrupción de la claridad en la sombra funda la elección de las obras presentadas.

Ritmos y metamorfosis

La primera sala está orgqnizada bajo el signo del blanco y del negro, del cosmos y  de las constelaciones, pero se encuentran también algunas obras sorprendentes que el artista ha realizado con alas de mariposas muertas. Que se trate de la pintura ” El río” (1999) o de tintas a la pluma intitulada “Constelaciones” (1998), “Espejo de estrellas” (2006), o “Columna de viento” (1999), el dibujo parece sostenido por una energía interior que dispersa y aglomera “ramillas”, “gotitas”, “lineamientos”, “segmentos”, “rasguños”, ” reflejos tornasolados” , “listados de la piel” unidos en el mismo impulso. Sin embargo todo es movimiento, torbellino, nada es estático. Todo respira, se mueve, evoluciona, nada está fijo. El espacio modelado está en permanente temblor, el dibujo un haz de trazos que resurgen. Del empleo de las alas de mariposas se retiene el símbolo universal, el de la belleza evanescente y el misterio de las metamorfosis. Incluso si Cristina Martinez no se interesa particularmente a los orígenes míticos de la mariposa, no se puede dejar de señalar las correspondances simbólicas entre el alma( Grecia antigua), la salvación ( mundo cristiano) o mas ampliamente los sueños y las  quimeras. Sólo representa para ella un elemento gráfico, que utiliza como parte de un vocabulario formal. En ” Suite de fragmentos” (2009), el espacio ritmado como una partición evoca aún más la dimension musical de su obra. En el centro de la sala, una instalación realizada para esta exposición y constituida de dibujos a la pluma, se inspira en el célebre poema en caligramas de Mallarmé ” Un coup de dés jamais n’abolira le hazard”. La artista transpone en imágenes abstractas la disposición espacial del texto , del cual conserva el título original, las zonas de sombra y las zonas de luz haciendo eco y reemplazando las frases y las palabras. En 1969, el poema mítico del poeta francés había ya inspirado al artista belga Marcel Broodthaers, el que había publicado en Amberes la reproducción exacte de la obra caligráfica donde cada palabra rayada está recubierta de tinta. En cuanto a Cristina Martinez, ella respeta el grafismo del poema que instala, materialmente, en frente de su interpretation plástica. Confirmando sus propios criterios a la vez conceptuales – titre/hasard – y formales – las constelaciones – crea una nueva obra, doble plástico del poema de Mallarmé. El grafismo que ella utiliza, las zonas oscuras y los puntos blancos se inscriben en ese espíritu de trama en movimiento por el que tiene predilección, buscando así la esencia de lo real. Estamos aquí frente a una evocación estética, táctil y sonora del poema.

Camino de luz

En la segunda sala y concebida especialmente para el lugar, la instalación ” Trazo de luz ”  ( H: 7m.x 2,50m.) que sucede a otra instalación presentada en 2006 e intitulada  ” Trazo de sombra ” ocupa el muro del fondo de la sala e impone su aura luminosa. El espacio en blanco en el centro de la composición, tal un camino de luz, irradia por el contraste producido por las centenas de discos de papel, tratados a la tinta China con jaspeados ocre, dispuestos de un lado y otro de la superficie virgen. La artista revindica la ausencia de símbolos en esta instalación que describe como un gesto esencialmente gráfico…
La afirmación desde hace muchos años de un discurso estético coherente, a la vez en el concepto y en la forma, sirve una búsqueda y y una sensibilidad donde se inventan y se cruzan líneas que se encadenan, al correr del gesto y del instante, las unas a las otras, las unas en las otras para formar una madeja, una trama tanto musical que formal.
La experiencia de la naturaleza es vivida en ósmosis a partir de sensaciones donde se cristalizan los límites de su representación. La naturaleza hace irrupción antes que el paisaje , en la invocación de elementos tales que el viento, el humo, las nubes, el agua, las volutas, los torbellinos…. Cristina Martinez ama la naturaleza, la capta en su dimensión la más abstracta que sólo una mirada en la proximidad la mas íntima puede suscitar, como si sería escrutada a la lupa, penetrada en lo mas profundo. La artiste teje de manera sutil una obra de apariencia frágil, su arte sólo fija  lo efimero.

Christine Frérot,
Resistencia visual (Oaxaca, Mexique, préface Edouard Glissant, éditions Talmart, Paris.

19, avenue Jeanne d’Arc 94110 Arcueil
Courriel : frerot@ehess.fr
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