Entrevista

Cristina Martinez / Diana Quinby Arearevue n°21 | Juin 2010

Desde hace mas de treinta años Cristina Martinez busca a captar lo invisible,  a hacer palpable el aire y el viento, la sombra y la luz, desplazando la mirada hasta el límite de lo visible. Que dibuje al lápiz o a la pluma, que realice collages o pinturas, el artista elabora un universo gráfico en el que se expresan la belleza y la fragilidad de la vida.
Hacia el fin de los años 1970, comienza a  dibujar “lo imperceptible”, a querer expresar la textura misma de la atmósfera por la acumulación de trazos. Usted dijo en aquella época que trataba de  “acariciar el papel con una cierta regularidad hasta llegar allí donde el ojo puede ver y a la vez no más ver”. ¿De qué manera llegó a ese trabajo?

Estaba insatisfecha de mi trabajo anterior que era multiforme y donde todo se transformaba en obstáculo. Pero esta práctica me aportaba, entre otras consecuencias, una confiante lentitud en la ejecución, permitiéndome tener una actitud mas íntima entre mi cuerpo y la imagen en devenir. Mi trazo se transformó en caricia, la piel estuvo implicada en el gesto. El recuerdo del aire , que me había estimulado, encaminaba el trayecto del ojo.

Sus dibujos no representan el paisaje en tanto tal. Parecen reconstituir las sensaciones de paisaje. ¿Cómo transpone  su experiencia de la naturaleza en los dibujos?

Para mí, no se trata de dibujar el aire. Mi cuestionamiento está en la trayectoria del ojo , que sitúa rápidamente un tema de interés. Seducido por la visión , por la posibilidad de retener y de transformar, se posa sobre el papel, guía la mano. Es la conciencia de este trayecto que permite captar una realidad otra donde el tiempo se ha infiltrado. La conciencia de la visión, del cuerpo, de la mano, del tacto en una colaboración mutua se produce en el momento de la execución de las ideas, de la utilización de diferentes técnicas, de la toma de conciencia de sí mismo. Uno se alimenta de sensaciones que ejercen una acción, que penetran en un inconsciente que funciona.
La hoja de papel es un espacio donde ese funcionamiento deviene autónomo.Yo incorporo sobre la hoja, por medio de la técnica y la puesta en el espacio, sensaciones múltiples de simbiosis con la naturaleza , percepciones del ojo que ve, retiene, borra, transforma. Está la sensación de aire alrededor del cuerpo,, que envuelve tanto al paisaje como al caminante. Es una percepción de la naturaleza en mis recuerdos los más vivos, el de una naturaleza abierta, simple, con pocas transformaciones humanas.

Algunas de sus obras se llamanSelva, Arbol, Esfera-vegetal…

Mi noción del paisaje es una referencia a la naturaleza en general más que una idea de paisaje compuesto de horizonte, cielo, y tierra. Los títulos que doy a mis dibujos son bastante abstractos en sí et se refieren a una entidad en el mundo natural: la multitud en la selva, la flecha en el árbol. La esfera vegetal es una tentativa de sincretismo entre el mundo del espacio y el mundo de la tierra.

¿De dónde viene la la elección de utilizar el lpipiz de color? Técnica a menudo asociada a la infancia, con la que Usted realiza obras de una gran sutileza.

Todo medio  es válido, desde la punta de los dedos hasta las nuevas tecnologías. Todo depende de la manera como el artista se las apropia. En mi infancia, los lápices de color tomaron mucha importancia. Guardo un recuerdo maravilloso de las cajas de lápices de color que nuestro padre nos componía. Yo les sacaba punta con un cortaplumas para obtener la eficacia máxima del trazo. La goma era mi segundo útil, la autocrítica siempre en acción. Actualmente, yo aprecio en este útil el color seco y sin polvo, la fuerte adherencia al papel, la intensidad tanto en los trazos finos como en los trazos flous, lo que permite crear transparencias vibrantes. Esta intensidad es modulable al infinito según la presión de la mano. Mi mano siempre acogió mejor un lápiz que un pincel, y yo no utilizo más la goma que para limpiar los bordes.

En los años 1990 y 2000, su trabajo pasa al negro, al gris. ¿Cómo se efectuó el pasaje de los dibujos diurnos con lápices de color a las pinturas grises y a los dibujos nocturnos en pluma?

Había un deseo obsesivo de representar la noche, pero para mí era imposible  alcanzarlo con los lápices de color. Hubo entonces un salto en la técnica. Los pigmentos en polvo trabajados directamente a la mano, y también la tinta China y la pluma, me permitieron acceder a la otra vertiente de la luz.

En las pinturas “grises” pareciera que está en búsqueda del movimiento por medio del trazo, pero los trazos parecen inmersos en una atmósfera luminosa que los envuelve, próxima de los dibujos precedentes. En los dibujos a la pluma, Ud  utiliza de nuevo una acumulación de trazos para obtener una sensación de viento o de luces nocturnas…

Practiqué esas dos técnicas al mismo tiempo en alternancia para explorar temas diferentes. En las pinturas con pigmentos en polvo trabajé sobre todo las imágenes del agua. El cielo estaba siempre presente pero se concretizó sobre todo en el trabajo a la pluma.
La búsqueda de movimiento en mis imágenes es una preocupación constante. Al interior de todas mis composiciones hay esa búsqueda de equilibrio y de desequilibrio que hace que la imagen sea dinámica. Es un proceso en la construcción de la imagen. Cuando los gestos vienen directamente de la mano, como en las pinturas, el movimiento es más lisible que en los dibujos, donde el plumeado regular del lápiz o la pluma construyen el espacio. Los movimientos ascensionales que dibujan y diversifican mis Columnas de viento nacieron de la observación  de remolinos de viento que se forman en las playas, una forma de viento alrededor de un vortex natural.

Algunos de sus dibujos nocturnos son de una luminosidad que tiene algo de maravilloso. Esas obras, ¿ nacieron a veces de la observación directa del cielo estrellado?

Queria traducir una visión de la Vía Láctea. En esta intención hay un acercamiento a mi infancia. Pasábamos los veranos al borde del mar. A menudo,extendidos en la playa mirábamos ese camino estelar y pasábamos nuestro tiempo a contar las estrellas fugaces.  Es un espectáculo maravilloso que se puede observar en el hemisferio sud. Yo quería captar ese momento cautivante.
Dibujé constelaciones, planetas, soles en un cielo tan cargado de trazos que a veces se  transforma en una oscuridad absoluta. No se trata de copias de fotografias, es una verdadera invencion del cielo. Hay una distancia enorme y casi ingenua entre mis dibujos de constelaciones y las fotografias reales del cielo. El espacio tiene una extension tal que se podría imaginar que mis constelaciones son del dominio de lo posible.

Además de su trabajo de dibujo y pintura, realiza composiciones con alas de mariposas. A veces hace collages combinando el dibujo a la pluma y fragmentos de alas. ¿Por qué comenzó  a trabajar con este nuevo material?  ¿Qué significan para Usted?

La necesidad del color reapareció después de una decena de años de trabajo en blanco y negro. Recibí como regalo una mariposa  Morpho naturalizada y desde entonces admiré su belleza, sintiéndola como una provocación al orden de lo posible.  A menudo pensé en destruirla, un día decidí comprarr un ejemplar parecido  y lo rompí en pedazos con la sorpresa que cada fragmento guardaba en su forma particular de quebrarse la misma belleza particular. De esta manera pude comenzar a introducirlas en mi trabajo. Primero fueron collages sobre vidrio, más tarde  los introduje en mis dibujos a la pluma, últimamente he hecho planchas poniendo en evidencia un inventario de las formas de esos fragmentos. Es la incorporación  de un elemento natural en mi obra, que me interesa.

Exposición personal de Cristina Martinez,
La ilusión del día y de la noche, Capilla de las Ursulinas,
Quimperlé du 28 mars au 13 juin 2010.

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